domingo, 28 de noviembre de 2010

Me despierto

Me despierto, cuando se desprende la sustancia verdinegra del abatimiento. Corro la cortina para lograr ver en el espejo lo que quedó del último viaje. Camino para encontrar (torpes y malintencionadas) las mismas palomas que -postrado en el silencio, castigado en el rincón y perseguido por el miedo- se llevaron (sin regresarla) la manta que me protegió del frío. Nunca me faltó valor, pero el viento siempre se llevó los papeles sucios que después arrastró la lluvia. Abyecto y procaz destiné el mensaje de la infamia. Me quedé con las cosas de la casa, lo que inventé para hacer mi última vida. Nunca dejé de buscar la necesidad del sol. Nunca tuve otro sitio diferente al tormento. Nunca te dejé de amar. Me salgo de la esquina para ponerme a pensar en la espera de una luna que me hace invulnerable y desafiante, como quien se resiste a descansar cuando es hora de dormir.

domingo, 24 de octubre de 2010

Voy a seguir unido a ti

Voy a seguir unido a ti
a los laberintos que sugiere tu sonrisa
a las voces que me llevan a tu cuerpo
a tu idea fácil de la vida

quiero diseñar contigo
cada uno de los días
la brisa en la montaña
el lugar para la casa
cada despertar
lo que te puedo dar.

Siempre serás
mermelada dulce
el sol de la tarde
la hoja que se cae
el espejo azul
el cielo que se abre
la ventana grande
este espacio
que me deja ser.

sábado, 23 de octubre de 2010

Mirar

Mirar al otro que nos mira implica renunciar al propio rostro, porque nunca se sabe con exactitud lo que el otro tiene frente a sí. Hay angustia e impaciencia por la ausencia de paisaje, perspectiva y referente histórico. El otro no habla, es así que vemos en sus ojos lo que somos y definitivamente desconocemos. El mundo son sus labios cerrados; en consecuencia estamos condenados a habitar temporalmente un espacio minúsculo del cual nos es difícil salir.

Mirar las cosas -entiéndase también los otros que no nos miran- vincula la libertad con una confortable soledad. Las dos hacen posible asumir la calidad de testigo de una realidad que siempre sorprende y de la cual no formamos parte. Tenemos la convicción de estar afuera, en la esquina del barrio, a la salida de un cine, lejos de todo.

martes, 19 de octubre de 2010

Todo lo arrastró el silencio

El soldado herido en combate libera su fusil, una lágrima y parte del pasado. No quiere saber de embestidas que alimenten el amor a sí mismo y a los otros; como él, ellos también están lejos. Sólo sabe que no quiere caminar. Boca abajo, se permite el viaje compartido con la flor, que no dejará de mirarlo hasta el día que deje de existir. Ya no tiene que esconderse porque todo lo arrastró el silencio,

el viento frío, serpenteante entre los árboles,
su último rostro, maquillado por la lluvia,
las palabras, descifradas una noche,
los disparos, recibidos cada día,
el dolor, que ya no deja respirar.

Es un hombre libre, todavía decidido a desconocer la indolencia, la fatiga, la indiferencia y la vanidad de los que no pudieron amarlo. Por eso se quiere quedar. Aferrado a la tierra, abrazando la distancia.

Voy a imaginar que el mundo era mejor
que el pan se podía preparar en casa
que el cuidado y la vida y el perdón...

domingo, 17 de octubre de 2010

El horror

El horror
puede ser
el paso que no damos.

jueves, 14 de octubre de 2010

Este cielo

algo
semejante a este cielo
conoce los lugares que frecuento
las ventanas entre abiertas
el tiempo de los árboles
mi vergüenza a toda prueba
la comida de mañana
el patio de la ropa
la señal me estoy cayendo

el dolor
unido aquí por una cuerda
me lleva a todas partes

las personas
desafiantes invisibles
ya dejaron de nombrarme

sólo resta
otro gesto a las cosas simples
una propuesta desaforada
en mitad de esta novela
un beso para darte
las montañas que me habitan
esa cosa cierta
que se va con el silencio
toda mi tristeza
intentar un paso atrás.

miércoles, 21 de julio de 2010

Abrazada a tu chelo

Abrazada a tu chelo eres el sol de la montaña,
el movimiento del agua,
un llamado lejano,
la hoja que se cae,
la tierra mojada,
el verbo venir,
una puerta entreabierta,
todas las cosas que quiero.

La tarde que no se acaba

Siendo tan difícil como el paso que debes dar (por desconocimiento o simple incompetencia) te levantas una mañana y te das cuenta que tus cosas siguen en el mismo lugar que las dejaste. La vida tirada por el piso, los sueños que ya no reconoces, el mismo motivo de la espera, el dónde y el cuándo, que se vuelven persistentes, invasivos y melancólicos. Aparece también el por qué sigues escribiendo y caminando sin mucha idoneidad. Sales a la calle y ves el mundo tan parecido a la nunca recobrada imagen de la conformidad: gente saliendo a la oficina o corriendo en el parque antes de salir a la oficina. Sabes en ese momento que tu camino es distinto (así vayas al mismo lugar). Es un delirio gobernado por los encuentros que, necesitas te lleven lejos de esta realidad maniquea, desabrigada, indolente y hasta cierto punto suicida. Juegas entonces a recorrer el tiempo cumpliendo la cita de un guión nefasto y no menos conveniente. Tu regreso, mientras buscas el camino a tu casa, es un examen de confianza. Sabes que tu sitio es un cuadro de Modigliani, una empanada en la mañana, un sueño en el separador, un adagio entre las nubes y una cita en la sala de cine con la mujer que amas. En ese momento recuerdas la primera toma de Morir en Madrid, la bruma, el sendero, el labriego, el paso lento, la tarde que no se acaba.

Es ahí donde comienza y termina tu obsesionado y fracasado proyecto de la tarde que no se acaba.

domingo, 18 de julio de 2010

Bill Withers - Ain't No Sunshine

Conocí el tema en un L.P. que trajo mi papá a la casa familiar en los años 70´s, en la maravillosa interpretación de Isaac Hayes en el concierto de Wattstax (20 de agosto de 1972) conocido como el Woodstock afroamericano. Fue una de mis primeras y más importantes entradas a la música. Gracias Álvaro. Esta es la versión original de su compositor, Bill Withers.

Te voy a dar la espera

Te voy a dar la espera, los colores que se quedaron, la intención de seguir en el camino.

Soy el hombre que se esconde, soy la sombra al otro lado de la vela. Me quedaré quieto y te seguiré adorando como quien persiste en la página que se quiere leer. Recogeré las cosas que arrojaste desde la ventana. Me dedicaré a tus ojos (maravillosos, desafiantes, inauditos), antes de que amanezca. Me quedaré en la casa, porque afuera sopla el viento y es posible que más tarde llueva. Chuchuna inverosimil, creo que no te voy a dejar ir. Me voy a instalar otra vez en las notas de tu chelo, las que viajan por las calles, llegan a las nubes y también a mí.

sábado, 17 de julio de 2010

Es preciso perderse para empezar a escuchar (Carmen Pardo Salgado)

Es preciso vivir en el aire, respirar tu aliento, administrar la lentitud, dormir la madrugada, llevarte y traerte de regreso, dibujarte la vida que me vas a dar, hacer el día desde tu cintura, impulsarte al abismo que me acompaña, entregarte un trozo de fruta con tus ojos cerrados, retenerte, liberarte, llenarte de flores y descansar a tu lado.

El sueño de la carretera

Suelo recibir con agrado la llegada de la lluvia, cuando es cálida, pertinaz e invasiva. Desde el panorámico de mi automóvil, la carretera y lo que pienso son sólo gotas de agua que se borran y me recuerdan las preguntas que dejé. Cuando llueve no me gusta ver la cara de mi ciudad desprotegida, decadente y vertiginosa (nocturna-inabordable). Es por eso que prefiero el silencio de la carretera,

la cadena de recuerdos que me conducen a ti
el hallazgo de una piedra azul cuando empezaba a caminar
el terror de por fin llegar, a donde no hay nadie
la distancia que me separa de la estrella más cercana
las palabras pronunciadas algún día y que fueron las últimas
las señales que dejé marcadas en el camino para que me encontraras
las cosas que fui a ver cuando nadie lo pidió
lo que ves en mis ojos y no me es posible ver
lo que aprendí viajando en tu cuerpo
las puertas que cerré
lo que creo que soy
el salto al vacío... con los brazos abiertos.

viernes, 16 de julio de 2010

Charles Ives

Un niño va corriendo a recoger la pelota que se ha ido lejos. Al tomarla entre sus manos olvida la pelota, olvida que está lejos y se sienta en el campo verde cubierto por la última luz del atardecer. En lugar de miedo, en sus ojos se refleja la rama caída en el prado, el viento que se lleva un papel, el instante de vida que acompaña a un insecto, su agitada respiración. Aparece la certeza de su inmovilidad, de ocupar, por primera vez, un punto despreciable, alrededor del cual, todas las cosas del mundo se desplazan, cumpliendo el milenario libreto del cambio. Advierte con trémulo asombro, con infantil alegría, que es un eje en el centro de su minúsculo universo, que ya no quiere regresar, que se quiere quedar, para habitar definitivamente el espacio del silencio.

jueves, 15 de julio de 2010

domingo, 16 de mayo de 2010

Voy a quedarme

No me voy a despedir, tampoco quiero renacer, solamente estoy inmóvil. No me importa que me vean así, total es lo que soy. Soy la piedra que tarde o temprano se rompe, el sueter motoseado, el barco que todos abandonaron, el miedo a vivir equivocado. Me acompañan las palabras que ordeno y clasifico, mi intrincado pasado, el dolor que me sigue a todas partes y el conocimiento del universo por el que nadie se ha interesado y al cual le debo la vida que he vivido.

Voy a quedarme, sí. Escuchando todo lo que la gente dice. Voy a sentarme a respirar el viento. No voy a salir. No voy a pedir perdón. Me voy a tomar el tiempo. Voy a esperar un atardecer. Me voy a quedar callado.

lunes, 10 de mayo de 2010

EL espejismo

Todo me da miedo
el peldaño que provoca mi caída
el silencio que recibo a cambio
sobrevivir a la despedida
el espejismo
es decir
la vida

volver a vivirla.

sábado, 3 de abril de 2010

Quiero llevarte lejos

Ahora que me pongo a pensar en vos cerca de la madrugada, me llega el deseo de leerte ese poema (que no conoces) o recorrer tu frente, partiendo del lugar insondable que me lleva a ti. Al final viene siendo lo mismo, porque no dejarás de ser mariposa, cielo eterno, azúcar en la boca, farol de media noche, una gota de agua.

Como lo haría el viajero que llega con presentes y recuerdos, mi ofrenda es tu reposo, la luz que no se apaga, el barco que te está esperando. Estoy para mirarte muy de cerca, para hacer la fiesta parado en tu sonrisa, el minuto en el que hacemos los te quieros, me fascinas, no te vayas, ese lugar donde nace tu ilusión, mis palabras, nuestras citas, miles de cosas.

Quiero llevarte lejos, mostrarte mis heridas, adorarte en la mañana, vestirte de estrellas y salir contigo a mejorar la vida. Quiero contarte lo que se ve, cuando tus ojos están cerrados.

jueves, 1 de abril de 2010

Puedo vivir sólo de palabras

Puedo reconocer la mano que busca la puerta del sitio donde me escondo, el pan con uvas que me alimenta, el dinero que cambio por cosas vanas y las manos de criaturas que apenas conozco. Después de todas las vueltas que da la vida, ahora que los años pasan más de prisa, me encuentro convertido en un hombre distraído que no se aleja mucho de la casa. Camino siempre en círculos, repito las mismas bebidas, recurro a las mismas conversaciones y persisto en buscar lo que no existe. No estoy solo en esto. Me acompañan seres sin nombre que reconozco en el supermercado y que caminan mirando el piso, como yo. No soy impasible, no creo en la paz del mundo, no me hago muchas preguntas, prefiero dormir de día, tengo pendiente un postergable viaje interior, algunas veces me da miedo levantarme, me paraliza el silencio, persigo todos los días el amor, entrego todo a quien decide sentarse al lado mío, no ahorro para el futuro, prefiero viajar en taxi, puedo vivir sólo de palabras y no comparto la indolencia.

jueves, 18 de febrero de 2010

Uma Thurman

Una escena de Pulp fiction que estará siempre en la memoria. Uma Thurman en el papel de la mujer disoluta que evita los silencios.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Las olas y las nubes

Entendí que las olas y las nubes son las mismas y que han estado todo el tiempo de regreso. Que los fracasos, al igual que las batallas, no te fortalecen, que sólo se repiten para recordarte en dónde estás. Que el tiempo, como las gentes, tienen en común la propiedad del abandono. Y que no hay nada más disgregador que el dolor del otro. Siempre tengo miedo. Es la circunstancia que me ha permitido elegir y, muchas veces, hacer de la novedad un asunto tan problemático como la vida misma. Entonces imagino otra corta esperanza, dejo de avanzar y busco mis ojos que se reflejan en la primera esquina, de la primera calle que aparece. Nunca he mirado lejos. Los proyectos, la distancia y los pronósticos han sido territorios que no he podido alcanzar. Mi agudeza visual sólo me permite llegar a los granos de azúcar, las pelusas en el aire y al brillo de los ojos cuando habitan el amor. El silencio me acobarda. Intencionalmente he hallado dentro de mí el sosiego, la desesperanza. No tengo excusa...

miércoles, 6 de enero de 2010

Lhasa de Sela




Se llama Lhasa de Sela. Hay melancolía, emotividad y mucha alma. Acabo de conocerla y estoy conmovido. Se fue la noche del 1 de enero del 2010...
Su vida
http://www.elpais.com/articulo/Necrologicas/Lhasa/Sela/voz/angel/errante/elpepinec/20100105elpepinec_2/Tes

Su página
http://lhasadesela.com/

Su música


Playing for change

Un trabajo investigativo de impecable calidad técnica que reivindica la música que se encuentra en la calle y a sus protagonistas en su medio natural.


martes, 5 de enero de 2010

El espacio

En este punto extraño y -para decirlo de otro modo- un tanto incómodo, al inicio de otro fugaz año terrestre que, como los últimos diez y siete, veremos pasar desde el puente; se me antoja dejar de mirar el tiempo y dedicarle algo al espacio. El punto, la línea, la superficie, los volúmenes, el eje z, la cuarta dimensión (en el lenguaje matemático porque para la teoría de la relatividad estaríamos hablando nuevamente de tiempo), el tiempoespacio y el agujero negro en el que no habita ni lo uno ni lo otro. Se trata de la aventura del pensamiento en la inventada y maravillosa correspondencia de la realidad con la forma de las ideas. Nada más quijotesco que la ciencia. Luego vienen los conceptos y los lugares comunes. El espacio entre los dos, la invasión de tu espacio, las distancias fabricadas de múltiples espacios, el espacio interior... y el más importante, tal vez porque es el único real, el espacio cósmico, que además es curvo e infinito.

A favor de los espacios están el aire libre, la cama doble, las cúpulas islámicas y la distancia que recorro en cualquier medio cuando me alejo.

Sacrificando los espacios se encuentran los ascensores, las piscinas y el interior de todos los medios de transporte inventados.

Para la generalidad la libertad está asociada directamente a un problema de espacios abiertos (físicos y metafísicos) como el viaje, la voluntad y las ideas, asunto con el cual los existencialistas no estuvieron precisamente de acuerdo.

En mi caso el asunto del espacio me conmueve más desde dos necesidades:

1. La belleza

2. Entrar

La belleza

La belleza desde la dimensión del tiempo se llama música. O como lo dijo Barenboim, la música es la interrupción del silencio. Y este último, sólo se explica desde el tiempo. Para el caso del espacio el tema se hace más sencillo y a la vez innumerable. Como escribió Calamaro, lo que pasa es que soy muy sensible a la belleza. Todo lo que me resulta hermoso ocupa un sitio en el vacío. Más aún, puede ser el vacío mismo: los únicos cuadros que he pintado en mi vida tienen como título Blanco 1 y Blanco 2. Además de lo obvio de su contenido hay que agregar que también, y naturalmente, no volveré a pintar. El blanco no es mi color favorito, desde la óptica, además, parece que no es un color pues es la suma de todos. Mi color es el azul, el azúl Miró...el de la serie Azul. De los tres, este es el que me encanta: Azul II, (1961).



Miró


Pero como en todo hay otras versiones, otras maneras de querer ver lo mismo. Por ejemplo el cuadro de abajo lo pintó el francés Ives Klein y su original título, no muy alejado del de Miró, es Monochrome Bleu (1960)... un año antes.




Klein


Todo lo que más me gusta es azul. Como el azul del cielo que cubre el Altiplano Cundiboyacense que tanto quiero. Mi hermanita Clarita, que pinta muy bien, lo sabe y por eso me regaló un azul inmenso que veo todos los días de mi vida en el comedor de mi apartamento.
Es el centro de mi casa.

La belleza que sea grande, para que se pueda ver, y lo más grande es el espacio pues el tiempo no tiene principio ni fin. Sólo es grande lo que tiene límites. El paisaje enmarcado en la lente de mi cámara, el bosque que me hace insignificante, las nubes de papel en el cielo, todas las hojas del pasto verde que crece en el campo, una huella en el desierto, una piedra que se descuelga montaña abajo. Respeto todo lo que me supera. Me gusta la grandilocuencia.






Barbey







Joao, 8 años



Entrar

Mejor que salir, prefiero entrar. No me emociona el viaje, los paises, las compras, la peripecia nocturna y transgresora, la aventura urbana, la ansiedad que vive en los aeropuertos, el peso de la maleta, el abandono, la necesidad de viajar para encontrar algo importante. Me quedo con la intimidad de las casas en donde se acuesta, descansa y se levanta la gente. Me quedo con el ruido que produzco. Me quedo con lo que hay adentro. Me quedo con todas mis cosas en el escenario. Me quedo con el mejor momento de la vida: el regreso.

sábado, 2 de enero de 2010

Desde mi ventana

Dejo ir este mensaje desde mi ventana, para enterarte de lo que pasa en tus ojos cuando los abres: las alas de tu viaje, la princesa que quiere reír, tu ilusión de quedarte a vivir en este tu último refugio. Como el hombre que cuenta las horas, aguardo tu café cuando amanece y las estrellas que caen donde estamos tú y yo. Cualquier cosa que dejas, así como las calles, la luna y mi piel, es el tiempo y es también mi último paso del camino.

No desaparezcas, déjame intentar el sueño, tu música, el agua, todos los colores... ese lugar donde tú siempre estás.