domingo, 19 de enero de 2020

La noche

salí a exhibir mi dolor
creí ver las las estrellas
pero elegí la oscuridad

me cerraron los hospicios
me negaron los hospitales
encontré desamparados
más destrozados que yo
escarbé entre la basura
entendí que todo final
es habitado por palabras

vendí el vicio, los poemas
las reliquias, los crucifijos
devolví todos mis bienes
me metí en un cine
robé todas las cosas
y corrí lejos
y corrí con ellas

pedí perdón
entregué mi sobretodo
reclamé mi dignidad
y demostré mi tristeza personal

me quedé solo
miré lo que quedaba
lejos de mis pasos
y abracé a los que
como yo
mendigaban
un milagro
para también respirar

quise hablar

me hice monje
fraterno, nocturno
en la orden de la fe

hice de mi vida
una simple
tuerca robada
prometí amar
entregar el agua
dar mi vida
a quienes
la necesitaran

recogí las colillas
las hojas quebradas
las flores caídas
los anuncios
los ruidos remotos

estuve entre los árboles
rasgué sus cortezas 
con mis uñas

cubrí toda la tierra
con mi sombra
con mi tenebrosa sombra individual

negocié la noche
permití que las calles
sin mi presencia
siguieran en su sitio

me quedé sentado en la acera
dormí un sueño corto
cantaban pájaros sordos
llegaban nubes de lejos
te traía el vino en botellas
hacía mucho calor
decías quédate aquí

procuré llegar vivo
antes del amanecer
para que me reconocieras

pero sé que tus días duran menos
y que ninguno de los que viste pasar
era yo

mujer del fuego
soy por ahora
esta alma rota

la luz en tu ventana
nunca se iluminó

lunes, 6 de enero de 2020

reviso los daños
vivo con poco
a veces respiro
aún sigo aquí