sábado, 3 de abril de 2010

Quiero llevarte lejos

Ahora que me pongo a pensar en vos cerca de la madrugada, me llega el deseo de leerte ese poema (que no conoces) o recorrer tu frente, partiendo del lugar insondable que me lleva a ti. Al final viene siendo lo mismo, porque no dejarás de ser mariposa, cielo eterno, azúcar en la boca, farol de media noche, una gota de agua.

Como lo haría el viajero que llega con presentes y recuerdos, mi ofrenda es tu reposo, la luz que no se apaga, el barco que te está esperando. Estoy para mirarte muy de cerca, para hacer la fiesta parado en tu sonrisa, el minuto en el que hacemos los te quieros, me fascinas, no te vayas, ese lugar donde nace tu ilusión, mis palabras, nuestras citas, miles de cosas.

Quiero llevarte lejos, mostrarte mis heridas, adorarte en la mañana, vestirte de estrellas y salir contigo a mejorar la vida. Quiero contarte lo que se ve, cuando tus ojos están cerrados.

jueves, 1 de abril de 2010

Puedo vivir sólo de palabras

Puedo reconocer la mano que busca la puerta del sitio donde me escondo, el pan con uvas que me alimenta, el dinero que cambio por cosas vanas y las manos de criaturas que apenas conozco. Después de todas las vueltas que da la vida, ahora que los años pasan más de prisa, me encuentro convertido en un hombre distraído que no se aleja mucho de la casa. Camino siempre en círculos, repito las mismas bebidas, recurro a las mismas conversaciones y persisto en buscar lo que no existe. No estoy solo en esto. Me acompañan seres sin nombre que reconozco en el supermercado y que caminan mirando el piso, como yo. No soy impasible, no creo en la paz del mundo, no me hago muchas preguntas, prefiero dormir de día, tengo pendiente un postergable viaje interior, algunas veces me da miedo levantarme, me paraliza el silencio, persigo todos los días el amor, entrego todo a quien decide sentarse al lado mío, no ahorro para el futuro, prefiero viajar en taxi, puedo vivir sólo de palabras y no comparto la indolencia.