lunes, 27 de febrero de 2012

El intento que dejaste

Pretendo, como lo hice siempre, contarte cómo se ven las nubes desde aquí. Ahora sólo tengo consideraciones acerca de la emoción que fabrica el tiempo y revelaciones que definen la dificultad de la distancia. Conoces la atracción que ejercen sobre mí la insistencia satisfecha y la repetición de la caída libre; algo tan personal y tan parecido a los inmateriales viajes que hice desde y hasta tu ventana. Tal vez por eso mi tendencia es la del hombre que busca pretextos y nunca se va del todo, aunque a veces me quede en silencio cuando  llega el momento de hablar. Mi única costumbre fue embellecerte, frecuentar tus miedos (no tuviste muchos) y sacarte todo el amor que producía tu descomplicado paso por el mundo. Sabes también que nunca me quise alejar. No me distraje porque los pedazos de cielo, tu música cercana y la certidumbre del viento eran el mejor lugar habitable. El intento que dejaste es mi interpretación del infinito. La nostalgia es una mirada que se enternece con los dones. Conozco el momento exacto cuando comienza y termina cada día.
Ya no comparto la vida.

Delafé y las flores azules-Hoy


...abrazo eterno, ojos de luz.

jueves, 16 de febrero de 2012

Gotas que caen

la nube el infortunio
el lodo la encrucijada
la casa los perdones
la espuma un regreso
el ocaso la transparencia
la enramada suelo sagrado
el cielo la desolación
la manta el llamado
otro abrazo los segundos
los adioses lo precario
la esquina el infinito
mis anteojos la mentira
el mendigo la ternura
tu voz el abatimiento
los verbos la insolación
la estufa la madrugada
el llanto la abnegación
el juquete la soledad
la pasión la solidaridad
la ruta el accidente
la rabia la imposibilidad
la risa la declamación
la piel la necesidad
el agua los colores
el aire la entelequia
el aire lo que siempre
el aire gotas que caen

sábado, 11 de febrero de 2012

Café Tacuba-Nuestro Juramento



La propuesta del amor asociado a la muerte como el temblor de vida que determina el comportamiento y la lectura del mundo, es una tesis tan antigua como la historia de la humanidad. Los impulsos de la tristeza conjugados con la dicha efímera, cobran sentido en una sociedad que reivindica el espacio del pensamiento individual. El romanticismo del siglo XIX colocó al hombre frente al abismo y expuso, desde la palabra poética, la verdad de las pasiones en un escenario trágico y bien intencionado. El fatalismo, como alimento de una voz derrotada que se cansó de esperar su recompensa, define y redimensiona la pérdida y el fracaso. La promesa, convertida en deseo y reinventada por el bolero, es el triunfo de la entrega frente a la muerte. Amar hasta y después de la muerte traduce un propósito idealista que desborda cualquier proyección naturalista del mundo visible. La implacable rigidez del tiempo desencadena la ilusión de la eternidad como el mejor sitio habitable para el ser humano, única especie viva que no establece un vínculo de aceptación con la muerte.

viernes, 10 de febrero de 2012

Lo único que tengo

Por estos días, me entretengo con salir a caminar la ruta que me conduce a mi casa, antes de que el sol desaparezca por completo, y me abandone como cualquier hombre de mala fortuna que olvidó que tiene memoria. Las hojas de los árboles tienen siempre un buen color, pero prefiero -antes de agradecer la luz que va y viene todos los días- imaginar que son perfectas, como dice mi profesora de yoga. Alguna tarde me quedaré bajo su sombra, en el sitio del frío prometedor, para esperarte. Como sé que nunca vendrás, me despido de los desconocidos, pienso en la felicidad del deseo y escucho las noticias.
Todo el ruido que produce la ciudad, me convierte en un silencio que magnifica la indecencia humana, la soledad de las montañas, el calor del mar y el peso de mis recuerdos.
Si una idea se presenta para componer una canción, descifrar una sonrisa o invertir un dolor, el regreso se hace más ligero y la vida más real.
Algunas veces me alegro del quizás de los otros y de los pedazos de ilusión que dejan todos los intentos. Si te viera desde lejos te reconocería por la brisa y por la foto fija de una película que no quiero terminar.
En contra de mi voluntad la noche llega, acredito la ensoñación, mis manos vuelven a los bolsillos y me quedo suspendido en el tiempo que soy y debo ser. La tragedia es la imposibilidad del regreso. El aire es lo único que tengo.

Ludovico Einaudi-Divenire


Ludovico Einaudi, pianista y compositor, nació en Turín el 23 de noviembre de 1955. Con obras sin mucha exigencia interpretativa, recita bellamente lugares, deseos e ilusiones. Provoca creer en lo que existe, sugiere cerrar los ojos para poder ver. Divenire (Convertirse) fue compuesta en 2006.

jueves, 9 de febrero de 2012

Marlango-Semilla negra


Es Leonor Watling, actriz y voz líder de la agrupación española Marlango, proyecto que desde 1998 incursiona en el jazz-rock produciendo sonidos inspirados en Tom Waits, a la vez contemporáneos y muy gratos.

viernes, 3 de febrero de 2012

El eterno regreso

La propuesta intencional de la mise en abyme, el tiempo circular y el eterno regreso atemorizan porque anulan la posibilidad del ocaso. El ciclo biológico, como la arbitraria y agridulce realidad que nos supera, se puede equiparar al impulso que nos trae pero también nos lleva; de ninguna parte y a ningún lugar. Si aceptar el final es problemático y aterrador, qué decir del infinito, entendido como la delirante y desquiciada idea de algo que nunca culmina, que jamás se calla. Intelectualizar la eternidad es lo mismo que caminar mucho pero nunca llegar, es la negación del descanso, la enfermedad del ahora, la apología del aburrimiento.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Para ver tu rostro

Jean Paul Sartre, demostró que la libertad se pierde cuando se elige entre los posibles. Cuando estoy solo, me pongo a recordar, a imaginar, cómo era, cómo sería olvidar el tiempo, para ver tu rostro.