domingo, 28 de noviembre de 2010

Me despierto

Me despierto, cuando se desprende la sustancia verdinegra del abatimiento. Corro la cortina para lograr ver en el espejo lo que quedó del último viaje. Camino para encontrar (torpes y malintencionadas) las mismas palomas que -postrado en el silencio, castigado en el rincón y perseguido por el miedo- se llevaron (sin regresarla) la manta que me protegió del frío. Nunca me faltó valor, pero el viento siempre se llevó los papeles sucios que después arrastró la lluvia. Abyecto y procaz destiné el mensaje de la infamia. Me quedé con las cosas de la casa, lo que inventé para hacer mi última vida. Nunca dejé de buscar la necesidad del sol. Nunca tuve otro sitio diferente al tormento. Nunca te dejé de amar. Me salgo de la esquina para ponerme a pensar en la espera de una luna que me hace invulnerable y desafiante, como quien se resiste a descansar cuando es hora de dormir.