Dejo ir este mensaje desde mi ventana, para enterarte de lo que pasa en tus ojos cuando los abres: las alas de tu viaje, la princesa que quiere reír, tu ilusión de quedarte a vivir en este tu último refugio. Como el hombre que cuenta las horas, aguardo tu café cuando amanece y las estrellas que caen donde estamos tú y yo. Cualquier cosa que dejas, así como las calles, la luna y mi piel, es el tiempo y es también mi último paso del camino.
No desaparezcas, déjame intentar el sueño, tu música, el agua, todos los colores... ese lugar donde tú siempre estás.
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