viernes, 13 de marzo de 2009

Siempre regreso


Fotógrafo: Lalo Borja




La diferencia entre la fotografía y la imagen en movimiento es que la primera vive en el espacio –por lo tanto es eterna- y la segunda vive atrapada en el tiempo y por lo mismo está condenada a repetir sistemáticamente su final.

No te muevas, verás cómo yo me encargo del resto. Siempre serás la que se quiere ver y yo el que te ve.

Un ser que se aleja es un ser que se lleva algo que nos pertenece.

Dos manos separadas por una ventana, dos manos aferradas.

El periódico de ayer es otra dolorosa metáfora de la impotencia.

Hay la opción de ser otros en nosotros.

Los viajes nos acercan a lo que no somos, queremos ser y nunca seremos... esa su importancia.

En el viaje que me contaste hablabas con una guayaba y ella te contestaba.

Frente a la muerte del otro nace el sentimiento de culpa, de continuar un rato más, vivos.

No quiero que nadie -ni tú- se muera.

La música no cabe en la memoria; cuando llega su final hay júbilo, después llega la pérdida, la orfandad, la nada.

Terminado el concierto encontré algo que todavía queda de mí.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Annie Leibovitz













La superficie puede ser tan reveladora como la esencia (Annie
Leibovitz).

Es muy difícil no ser artista cuando se viaja mucho por las carreteras pues
cada cosa que enmarca la ventanilla es una fotografía
(Annie Leibovitz).

Hago fotografías sólo para conocer a las personas, lo mío no son las palabras (Annie Leibovitz).

martes, 3 de marzo de 2009

Te levantarás temprano



Foto: Sandra Parra

Ya sé que mañana vas a inaugurar el cielo y te pondrás a decorar la calle con botones de colores, palabras que también son tu pasado y los últimos compases de un allegro del que no sabes si te quieres separar. Elevarás algún saludo a otro cualquiera de tus amigos que sólo ves en los andenes. Experimentarás la felicidad de ser nuevamente la misma de ayer y querrás entonces saltar sobre los charcos porque no ha nacido el hombre que te haga cambiar de parecer. Sabrás al final del día que regalaste todas las sonrisas y que sólo te hace falta mi lejana voz para pensar por primera vez en ti; ahora que ya te estabas acostumbrando a dormir sola y que tu vida comienza a parecerse a una cámara de cine que viaja todo el tiempo en reversa. No vas a saber si fui una condición que aceptaste o el hombre que dice te ha estado esperando en el bar de la Soledad desde siempre. No vas a entender, en particular, por qué te sigo consignando mariposas y papeles doblados que siguen apareciendo en todos tus bolsillos. Aceptarás que tu vida es mejor cuando regresas de un sueño, a veces sosegado a veces intrincado, como la vida real. Por eso, aunque te levantes temprano, nunca te querrás despertar.