viernes, 8 de junio de 2012

Beethoven, 7a Sinfonía, 2do movimiento


Herbert von Karajan, Orquesta Filarmónica  de Berlín

Mi papá dijo alguna vez que -como Joyce con los escritores- Beethoven dejó sin oficio a todos los músicos, porque después de los dos no queda nada más por inventar.
Conocí por él  la música a los nueve años, en los conciertos dominicales de la Sinfónica en el Teatro Colombia a los que nos llevaba a Clarita y  a mí.  Solía contarnos muchas cosas, entre ellas el amor a la belleza y su permanencia. Siempre estuvo cerca.
Me acompañan su mirada en el aire, la proximidad de su voz y su  bondad.