lunes, 19 de marzo de 2012

Voyager 1



El Voyager 1 es actualmente el objeto más alejado de la Tierra construido por el hombre. Viajando a una velocidad de 17 Km. por segundo, forma parte de la misión Voyager Interestelar Mision cuyo objetivo es ampliar la exploración de la NASA en el sistema solar desde la vecindad de los planetas exteriores hasta los límites de la zona de influencia solar. Lanzado el 5 de septiembre de 1977 desde Cabo Cañaveral, Florida, hoy, casi 35 años después, se encuentra a 17.938 millones de kilómetros de distancia de nuestro planeta, en los límites del sistema solar o campo magnético del sol, es decir, en los límites del fin de la heliosfera, dominio de los vientos solares, más allá de la órbita de Plutón.
Es una sonda espacial robótica de 722 kilogramos cuya misión original fue visitar Júpiter y Saturno, proporcionando las primeras imágenes detalladas de las lunas de esos planetas. El 5 de marzo de 1979, alcanzó el máximo acercamiento con Júpiter a una distancia de 278.000 Km. transmitiendo 19.000 fotografías en un período que se prolongó hasta abril de ese mismo año. El 12 de noviembre de 1980 alcanzó Saturno, acercándose a una distancia de 124.200 Km.,  descubriendo estructuras complejas en el sistema de anillos del planeta y obteniendo datos, tanto de su atmósfera como de Titán, su luna mayor, de la que pasó a menos de 6.500 Km.
El 7 de julio de 2009 el Voyager 1 entró en la heliopausa, zona terminal entre el sistema solar y el espacio interestelar, donde el viento solar se calienta reduciendo su velocidad a cero. Cuando supere este límite los científicos obtendrán las primeras mediciones directas de las condiciones del espacio interestelar, las cuales revelarán datos importantes en la explicación del origen y naturaleza del universo.
La sonda ya ha sobrepasado su tiempo de vida estimado. Obtiene su energía de tres generadores termoeléctricos de radioisótopos (RTG), que convierten el calor de la desintegración radiactiva del plutonio en electricidad. Se espera que generen suficiente energía para que la sonda esté en comunicación con la Tierra hasta el 2025. Después de ese momento, la sonda Voyager 1 estará condenada a vagar silenciosa y eternamente por la tenebrosa y glacial Vía Láctea, inclusive después de acabado nuestro breve tiempo en el vasto universo.
Lleva consigo un disco de cobre de 12 pulgadas enchapado en oro con 115 imágenes de la Tierra y una variedad de sonidos naturales junto con selecciones musicales de diferentes culturas y épocas acompañadas de saludos hablados en cincuenta y cinco idiomas que nadie verá ni escuchará nunca.
La Voyager 1 representa el mejor modelo de viaje porque no hay regreso, el más auténtico y pragmático caso de lejanía porque nada proveniente de este insignificante y perdido planeta viajará tantos kilómetros y la más cruda y brutal historia de escalofriante soledad que haya imaginado ser humano alguno.

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