viernes, 30 de marzo de 2012

Memorias de Adriano 5 - La fatalidad


En el curso de los ires y venires no aceptados por la academia perdura un  no te vayas, quédate un rato más, como la reiterada súplica de una voz agotada que arrastra la derrota, hasta la destemplada esquina en la que se difumina otra calle. El malestar no reside en el revelado malentendido entre las ideas y  las contingencias; se materializa en una impetuosa grieta que sobrepasa solemnemente el tiempo en mitad del día que nunca termina.
  • La vida me hizo resbalar siempre.
  • … la masa de mis veleidades, mis deseos, hasta de mis proyectos, sigue siendo tan nebulosa y huidiza como un fantasma.
  • … no siempre estoy en Tíbur cuando estoy ahí.
  • Imposible pensar sin ruborizarme en mi ignorancia del mundo que creía conocer, mi impaciencia, esa especie de ambición frívola y avidez grosera.
  • No sabía que el dolor contiene extraños laberintos por los cuales no había terminado de andar.

1 comentario:

La Mona dijo...

En una entrevista publicada recientemente, ella dijo algo, a própósito de Adriano y la escritura sobre este emperador:
"Entiendo por azar el entrecruzamiento de acontecimientos por causas demasiado complejas para que podamos definirlas o calcularlas y que, en todo caso, no parecen... no parecen dirigidas por una voluntad exterior a nosotros".
No sé si antes te la había escrito, pero me parece linda... ¿es por azar que elegimos lo que hacemos? Si es así, es un afortumnado azar la mayoría de las veces.