Si me apartara de mí
escucharía los días
cuando me quedaba dormido
enajenado por el silencio
cuando el ruido de los pasos
era la evidencia de algo que se iba
y en el mejor de los casos
el castigo de un ser que se perdía
en el lugar más siniestro
de mi precaria imaginación
me vería benévolo y complaciente
dirigiendo la mirada
hacia los milagros que tuve
entre los que se cuentan
los amores eternos
tantas noches y desayunos interminables
los felices asaltos a mansalva
que siempre me dejaron
un recuento de caricias y decisiones
prodigadas y tomadas a tiempo.
Como esa fiesta ya terminó
como todo parece indicar
que la vida no soy yo
ni el tiempo es hoy
me queda
combinar los temas
distraer la distancia
y esperar
hacer de las palabras
un lugar sagrado
intentar -otra vez- el cielo
reconciliar el es
con el puede ser
y salir a ver el sol
para creer que cuando se vaya
me quedaré solo
posiblemente con vos.
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