lunes, 18 de enero de 2021

Yo, en cambio,
no volví nunca
no me acerqué a los desposeídos
no comprendí a los ofendidos
no alimenté a las palomas
no compadecí a los hambrientos
no recordé a mi madre
no cultivé mi juicio
no indagué la entereza
no defendí la justicia
no provoqué la ilusión
no desperté del sueño
no sacrifiqué el cordero
no repartí el pan
no compartí la sal
no devolví los bienes
no desaparecí en la noche
no entendí el tiempo
no volví en mí
no consumí la alegría
no conocí los mundos
no acepté el olvido
no me hice fuerte
no fui bueno
no negocié mis dominios
no pregunté si podía entrar
no busqué la fuente filosofal
no me enteré de las nubes
no entregué mi comida
no reconocí las derrotas
no te dejé hablar
no estuve en el combate
no creí que algo podía pasar
no llamé la suerte
no recibí los dones
no caminé lejos
no imaginé que todo podía salir mal
no bebí lo suficiente
no volví a nacer
no glorifiqué el cielo
no busqué el mar
no invoqué a los dioses
no pedí el perdón
no me quise quedar
no supliqué la gracia
no acepté la diferencia
no lloré en el desierto
no pedí la caridad
no salí de mi casa
no esperé la lluvia
no llamé a nadie
no esperé
no escuché
no dormí

dejé morir 
las plantas.

1 comentario:

Marisol Robayo dijo...
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