Según la filosofía budista no existe (no debe existir) en la realidad una categoría que corresponde al "yo", a lo "mío" y a la "pertenencia" occidentales. El "yo" no es más que un producto de la imaginación, y levantar en torno a él una religión lo único que produce es sufrimiento (doctrina del Annata o "no-yo").
Fundamento esencial del sufrimiento humano también se encuentra en la frustración que produce no encontrar la permanencia, la facilidad y la seguridad completas.
La angustia básica del hombre, que corroboran el Romanticismo, el psicoanálisis y el Existencialismo, es explicada por el budismo, como el horror que nos sorprende en mitad de la noche al comprobar que estamos allí y no podemos hacer nada. Salidas como el ocuparse de algo o el pensar en algo (desesperadas soluciones propias del agitado mundo moderno), facilitan el escape imaginario a esta condición.
Se derrota el sufrimiento original solamente con la superación de la dependencia, empresa improbable cuando se le rinde culto al "yo", a la propiedad y a la ingenua idea de hallar el bienestar propio (interior) en lo ajeno (exterior), esto es, en las cosas.
1 comentario:
Yo, como occidental, siento que es muy difícil deshacerme de mi yo. He procurado dejar de lado mi ego; sin embargo, por la noche, me asalta y amanezco nuevamente con él en mí.
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