viernes, 9 de diciembre de 2011

Es posible que quede algo

Aprecio esta ciudad como se miran los recuerdos cuando se está en el lado de la sombra. No hay mejor tiempo que el tiempo alejado de la espera, cuando todo lo que se tiene también dejó de existir. Mi destino es la ruta de los pronombres, el encanto de la comprensión, el premeditado sabor de la fruta. Puede que los días me sirvan para ocupar otra vez la sustancia irregular que sostenía mi vida. Es posible que quede algo la noche en que pueda regresar. Me conmueve saber que hay sol y que puedo perseguir una idea, tan leal como el pasto en el que reposo. Desestimo la indolencia, el ruido y la dominancia de los sexos. No creo en la paz del mundo. No imagino la vida sin ti. Abrazo los árboles, admiro la pereza y leo en los buses. Han pasado ya los meses. Sólo falta que alguien pronuncie mi nombre.